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Quiero ser, Quieren que sea y..., Así soy yo

noviembre 10, 2016

Como decíamos ayer…  “Si el cuerpo habla es que hay una emoción o sentimiento no expresado” y esto puede llevar a tener una baja autoestima.

Rojas Marcos psiquiatra e investigador dice “ … los recién nacidos están programados para buscar la satisfacción de sus necesidades básicas de comida y de comodidad. A los pocos días de nacer ya se relacionan activamente con el entorno. A medida que maduran el intercambio con el mundo que les rodea se hace mas complicado e intenso. El continuo flujo de imágenes, sonidos, olores, caricias y, sobretodo de las palabras acompañadas del contacto visual y emocional forjan  la organización cerebral del pequeño. Durante el primer año de vida los estímulos verbales ayudan a formar la base neurológica que les va a permitir razonar y adaptarse. De hecho, se ha demostrado que los cimientos del pensamiento se forjan en los primeros años de vida, la conexión con otras personas por medio de las palabras constituyen un estímulo muy poderoso ….

La clave radica en que los niños que se sienten bien con ellos mismos son capaces de manejar mejor los conflictos y de resistir a las presiones negativas. Tienden a sonreír con mayor facilidad y a disfrutar de la vida. Estos niños son realistas y, por lo general, optimistas.

Las palabras tienen el poder de reafirmar y modelar la identidad. Por eso, os recomiendo poner en primer lugar el “decir”, “el expresar verbalmente” el amor. Esto es importante pues el sentido del oído es el mas desarrollado en un recién nacido.

¡Dí lo que sientes!!! ¡Vive los afectos!! Dejarán huellas eternas en nosotros y en nuestros pequeños

La seguridad que da el amor en los primeros meses de vida serán determinantes para ir ayudándoles a transitar en ese camino hacia el auto-concepto que les llevará a fortalecer su autoestima. Se puede considerar un precursor de la buena autoestima tener sentimientos agradables corporales como el sentirse acariciado, mimado, etc..  El niño aprende a establecer relaciones de confianza con otras personas a medida que va creciendo. Desde que nacemos podemos ganar autonomía en el desarrollo.

Hay pocas cosas que nos den tanta satisfacción en la vida como comprobar los progresos de nuestros hijos, sentirnos orgullosos de sus éxitos merecidos. Ser agentes activos, testigos y jueces privilegiados de su crecimiento personal cuando sobrepasan etapas, y caminan hacia una juventud dinámica y madura.

La aceptación hacia un niño se expresa teniendo interés en sus cosas, preocupándose por su bienestar físico y emocional acompañándolo en determinadas actividades y juegos. Con el respeto que se merece sin ridiculizarlo delante de los demás, y aceptando sus limitaciones en tiempos y maduración. Es importante a su vez ofrecerles una calidad educativa basada en el cariño, la comunicación, la creación de hábitos y los límites. Cuatro herramientas que te ayudarán, sin duda, a educar a tus hijos para que sean unos niños felices, responsables y capaces de poner en marcha sus ideas.

Siempre y cuando no confundamos apoyo con sobreprotección seguiremos trabajando cada día para que a partir de la confianza en sus posibilidades y habilidades eduquemos niños autónomamente felices.

El mejor regalo que un padre puede dar a su hijo es enseñarle a disfrutar de su ser autónomo y autosuficiente.  Amarle significa enseñarle cómo cuidar de sí mismo, no cómo depender de alguien. Educa a tu hijo para que pueda valerse por sí mismo.

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